Lo que le faltaba al Noroeste, con la creciente presión de la agricultura y ganadería intensivas (sobreexplotando y contaminando nuestros acuíferos), para terminar de parecerse totalmente al Campo de Cartagena (y al desastre de la laguna salada), cual es la reapertura a gran escala del antiguo coto minero de Cehegín.

Mucho nos tememos que su final sea como lo fue el de Sierra Minera de Cartagena y la Unión, que aun pende de que la administración regional adopte las medidas para terminar con la afección por los vertidos de los residuos mineros acumulados, cargados de metales pesados altamente contaminantes y muy perjudiciales para la salud.

Hemos visitado la antigua mina María de Gilico. Llama la atención poderosamente el bonito lago que la explotación ha dejado sobre lo que fuera la mina a cielo abierto, como consecuencia de desbordamientos o filtraciones del Río Quipar, cuyo curso discurre pegado por un lateral que la anterior empresa minera casi estranguló, con un débil muro, al desviarlo a su paso por su vertiente este entre los años 70 y 80 del pasado siglo.

Y esa es una de las principales cuestiones, la afección que una futura explotación del mineral de hierro causaría al cauce del Quipar y al acuífero de Bajo Quipar.

No olvidemos que este acuífero es ya uno de los más contaminados de la Cuenca del Segura y, así mismo, el propio Río Quipar también ha dado muestras de elevados niveles de nitratos, siendo la calidad ecológica de su caudal bastante deficiente, tal y como denunciamos a finales del verano pasado.

Solamente en la fase de investigación, la mercantil española, Magnetitas de Cehegín SL, filial de una empresa canadiense, pretende realizar un total de 21 sondeos exploratorios sobre un área de 313 Has, para ampliar al máximo lo que fueron las viejas extracciones del coto minero de Cehegín, especulando a resultas del significativo encarecimiento del mineral de hierro.

Desconocemos por el momento cómo va a ser la fase de explotación de esas 600.000 toneladas/año de magnetita previstas, si bien mucho nos tememos que se hará llevando a cabo la trituración y concentración del mineral de hierro, junto al lugar de extracción, con la consiguiente generación de miles o millones de toneladas de lodos de estériles cargados de metales pesados.

Y todos sabemos lo poco que la administración garantiza el cumplimiento de las más elementales normas medioambientales, para mayor beneficio de los inversores, que nunca asumen los daños y efectos contaminantes que para muchas generaciones terminan generando.

Por todo ello, estamos ante una gran amenaza por el tremendo impacto medioambiental que se va a ocasionar, cuando se pueden considerar alternativas diferentes, consistentes en la puesta en valor, y protección de coto minero de Cehegín, con especial referencia a la mina de Gilico, que en parte ya se ha renaturalizado, con el bonito lago resultante junto al Quipar (que harán desaparecer en la fase de extracción); sin lugar a dudas un lugar digno de su adecuación para ser visitado (ahora puede resultar algo peligroso por la falta de medidas de seguridad).

Así se lo vamos a transmitir desde el Consejo para la Defensa del Noroeste al Ayuntamiento de Cehegín, en la entrevista que le hemos solicitado al actual Alcalde.

Al mismo tiempo le hemos pedido al primer edil que nos facilite el acceso a los expedientes obrantes en el Ayuntamiento de Cehegín sobre este asunto.

Además, entre otras iniciativas, tenemos previsto un acto informativo en Cehegín, a finales del presente mes, que en breve convocaremos y al que invitaremos a expertos y a un representante de cada uno de los grupos políticos de Cehegin.